La Filosofía para niños (FPN) busca fomentar y conservar en los niños la curiosidad por todo lo que les rodea y no dar nada por sentado. Es una propuesta educativa que busca el desarrollo de las destrezas de razonamiento en un contexto colectivo, es decir, que los niños aprendan e investiguen participando con los demás.

En una clase de Filosofía para Niños el profesor recibe el nombre de facilitador, pues su función es ayudar a los niños a expresar sus ideas, pidiéndoles que las formulen aportando razones y ejemplos.  En ese sentido, el facilitador tiene la importante tarea de traducir lo que los niños están diciendo y ayudarles a que expresen con claridad y de manera razonada sus ideas.

El facilitador trabaja principalmente en comunidades de diálogo, espacio donde invita a los niños a considerar un problema desde otra perspectiva o a construir sus ideas a partir de las aportaciones de los demás.  El trabajo en dichas comunidades es muy importante, pues los estudiantes aprenden a respetar puntos de vista diferentes a los suyos, a ser tolerantes con posturas e ideas que no concuerdan con las propias, a poner su ego en perspectiva y sobre todo a desarrollar la imaginación moral (un mundo diferente).

En este sentido, la filosofía para niños  busca transformar a los docentes y a los salones de clases tradicionales en comunidades democráticas de diálogo, donde cada niño desarrolle habilidades de pensamiento y razonamiento y al mismo tiempo aprenda a cuestionar y consolidar sus propios valores.

Si bien el principal objetivo de la Filosofía para Niños no es la mejora en el rendimiento académico, siempre es uno de sus efectos secundarios, pues las habilidades de síntesis y reflexión ya han sido ejercitadas.  Lo más importante de esta práctica reflexiva es formar ciudadanos, personas conscientes de las implicaciones de la vida comunitaria en democracia.

La filosofía para niños se ha implementado en la Escuela Primaria Simone de Beauvoir desde hace 15 años, se imparte desde el primer hasta el sexto grado y es uno de los ejes rectores de la práctica pedagógica de la escuela.  Por ello, el perfil del egresado de la primaria Simone de Beauvoir es un niño reflexivo, crítico y con valores.